Tres serán las altas en la plantilla de un equipo de Segunda B en el que seguirán hasta 12 jugadores del pasado curso. El cuerpo técnico ha apostado por reforzarse con tres jugadores de perfiles muy diferentes pero que amplían la variedad de recursos y la profundidad del plantel rojillo para afrontar el reto de lograr la permanencia.
Hablamos de novedades pero tampoco lo son del todo, ya que en los tres casos se trata de jugadores con pasado rojillo que regresan a la que fue su casa después de experiencias en otros clubes.
El primer refuerzo llega en la vanguardia donde vuelve al club en el que militó como juvenil César Medina, procedente del Portus Amanus de Tercera División. Pese a pasarse la pasada campaña casi en blanco completando sus estudios en el extranjero, el ala castreño llega avalado por una gran campaña 2018-19 en las filas de los samaniegos donde vio puerta con mucha facilidad. Jugador de desborde, rápido, vertical y con muchísima calidad en la definición que tiene que servir para desatascar partidos y para aportar ese toque de fantasía necesario para decidir los partidos.
David Ruiz retorna al club que le lanzó a la élite hace casi dos décadas. El cierre salmantino afincado en nuestra localidad llega avalado por su amplísima trayectoria en la élite de nuestro deporte y, tras unos años alejado de las canchas, se ha embarcado en este proyecto para aportar su enorme experiencia y profesionalidad a una plantilla muy joven y necesitada de referentes en el vestuario. Presencia, despliegue físico, agresividad defensiva y muchísimo que enseñar después de su paso por Torrejón, Benicarló, Santiago, Zaragoza o Levante entre otros.
Cierra el capítulo de altas otra vuelta a casa, la de Igor García, que pondrá la guinda a la plantilla reforzando la meta rojilla. El portero castreño de 28 años regresa al club en el que se formó para también aportar su gran experiencia al máximo nivel. Varias campañas en Gran Canaria, Rumanía o la última, en la que disputó la Champions con el Vitys lituano, son el aval de un arquero que tiene que echar el cerrojo a una posición básica para conseguir la permanencia.
